Existen diferencias entre la periodontitis y gingivitis
Si existe una enfermedad por excelencia en odontología que causa pavor y que, sin embargo, es mucho más frecuentes de lo que debería, esa enfermedad es la gingivitis. De no tratarse a tiempo, puede desembocar en una periodontitis.
¿Cómo evitarlas?
Evitarlas es sencillo, siempre y cuando se sigan las debidas medidas de higiene y se hagan revisiones periódicas en la consulta del dentista.
Existen tratamientos, pero su éxito depende de si la enfermedad se trata o no a tiempo. La diferencias entre la periodontitis y gingivitis: La gingivitis es reversible, pero con la periodontitis no se corre la misma suerte. La periodontitis puede causar la pérdida de dientes.
Es posible pensar que son enfermedades de personas ancianas. Pero la pérdida de dientes no es exclusiva de mayores.
Cada vez son más los que sufren problemas dentales a edades tempranas. El hábito de fumar, abuso de azúcar en la alimentación y estrés diario hacen que, aunque uno se cepille los dientes, las encías y los dientes acaben enfermos.
Gingivitis, diferencia con la periodontitis
La gingivitis provoca la inflamación de las encías y su sangrado. Se produce porque las encías se llenan de bacterias. La gingivitis, bien tratada, no reviste especial gravedad a diferencia de la periodontitis. No obstante, es un primer signo de alarma ante el cual hay que tomar medidas de inmediato para que no se agrave.
Periodontitis, diferencia con la gingivitis
La periodontitis es conocida también como piorrea. Se diferencia principalmente de la gingivitis porque ya no solo se ven afectadas las encías, sino también el hueso alveolar y los tejidos del periodonto.
La solución es complicada y es posible que el diente se caiga o se parta. Por lo tanto, la atención debe ser urgente y el tratamiento ha de seguirse estrictamente según la prescripción médica.
En casos graves, la presencia de piorrea no solo afecta a la estética y funcionalidad de la boca, sino que puede derivar en dolencias más peligrosas, como los problemas cardiovasculares.
Es esencial una higiene concienzuda de la boca; cepillarse con el cepillo adecuado y de manera correcta los dientes, lengua y encías a diario, al menos dos veces al día; y, sobre todo, después de tomar alimentos azucarados, evitar los dulces y, además, emplear el hilo dental para eliminar restos de comida y suciedad que quedan atrapados entre los dientes y en lugares de difícil acceso con el cepillo.
Aparte, se hace obligada la limpieza bucal profesional en la consulta del dentista dos veces al año para eliminar todo el sarro y curar las posibles caries, así como para tratar cualquier afección de las encías.
Una visita a tiempo al dentista puede marcar la diferencia entre la periodontitis y gingivitis.