¿En que consiste la limpieza dental?
Una limpieza dental (también conocida como profilaxis dental) constituye un tratamiento de odontología basado en eliminar la placa bacteriana y el sarro de los dientes y encías.
Se trata de una intervención fundamental para garantizar la salud oral del paciente. Además, tiene implicaciones estéticas positivas, puesto que hace desaparecer suciedad y manchas. De esta manera, la boca, en general, mantiene un aspecto más atractivo.
¿Porqué realizar una limpieza dental profesional?
La principal función de una limpieza dental profesional en nuestra clínica de Madrid es la de prevenir enfermedades de la boca. La dejación de la higiene dental a la que este tratamiento trata de poner remedio está íntimamente relacionada con una serie de enfermedades que afectan a las piezas dentales: halitosis, caries, gingivitis, placa bacteriana, sarro, periodontitis…
Si se padece piorrea o periodontitis, se ha de optar, en lugar de por la limpieza dental, por un tratamiento completo de periodoncia por medio de curetajes (Raspado y alisado radicular). De hecho, si no se ha mantenido una correcta higiene dental, la intervención resultará no solo más compleja, sino también más molesta. En líneas generales, estas molestias no causan dolor.
Duración de la limpieza dental
La limpieza dental se puede llevar a cabo en una sola sesión. Esta dura entre treinta y cuarenta minutos y ha de ser realizada, obviamente, por un higienista dental o dentista profesional. La limpieza dental se ha de efectuar, una vez a año de media.
Las costumbres higiénicas y el alcance de los problemas del paciente determinan la periodicidad de estas limpiezas dentales y las consultas para controlar el estado de la boca.
¿Cómo se realiza la limpieza dental?
El primer paso de una limpieza dental consiste en la identificación de las zonas en las que se han acumulado la placa bacteriana y el sarro. La primera destaca por su textura blanda y pegajosa.
Origina otros problemas, como las caries y enfermedades de las encías, por lo que resulta fundamental eliminarla con el cepillo de dientes y los hilos dentales. Por lo que respecta al sarro, se trata de un depósito que se calcifica en el diente y coadyuva a su deterioro.
- Tras la localización del sarro y la placa, se procede a eliminarlos. Especialmente, debajo de las encías. Se recurre a una herramienta de ultrasonidos. Asimismo, mediante un chorro de agua mezclada con bicarbonato, se erradican manchas en las piezas dentales.
- Posteriormente, la limpieza se lleva a cabo en las encías, que pueden sangrar levemente durante esta fase. Acto seguido, se puede utilizar el hilo dental, como complemento a la limpieza entre las piezas.
- Por último, se pulen los dientes con una pasta blanqueadora y fluorada. Esta fase final contribuye a realzar el color blanco y brillo de los dientes.
Las herramientas más utilizadas en este procedimiento son el dispositivo raspador ultrasónico y el raspador en forma de hoz. De cara a reducir las molestias de la limpieza dental, se suele aplicar una crema anestésica en las encías. De hecho, estas molestias dependen, en gran medida, de la sensibilidad que se tenga en ellas.
¿Limpieza o Curetaje dental?
Quienes tengan que someterse a “curetajes” serán intervenidos bajo anestesia local y en un número de sesiones oscilante entre dos y cuatro. Los curetajes puede conllevar desprender tejido enfermo de la bolsa de la encía. Así quitando el sarro más profundo, el cual se encuentra por debajo de la línea de la encía.
Todas estas limpiezas dentales se llevan a cabo en una cómoda posición, sobre el sillón dental. En definitiva, la limpieza dental o en su caso los curetajes favorecen la salud y estética de los dientes.